EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN EN LA POSTPRODUCCIÓN AUDIOVISUAL
Dentro del universo de la postproducción audiovisual, los roles relacionados con la manipulación del color tienen un significado y un impacto visual crucial en los proyectos. Dos de los perfiles más destacados en este ámbito son el etalonador y el colorista. Aunque a menudo se confunden, estos roles tienen orígenes y responsabilidades distintos que han evolucionado con los avances tecnológicos.
En esta entrada de blog, analizamos cómo han cambiado estos perfiles, sus diferencias clave y cómo la tecnología ha impactado su rol en la industria audiovisual.
El etalonador: Pionero de la corrección de color
El etalonador, como figura técnica en la industria, es el precursor del colorista tal y como lo conocemos hoy. En la era analógica, el etalonador era clave en la corrección de color, así ajustando la película física con conocimientos técnicos sobre emulsiones y productos químicos para lograr equilibrio y consistencia.
La tarea principal del etalonador era la uniformidad en el color de las distintas tomas. Este profesional se centraba en cuestiones como la exposición, el contraste y la saturación, buscando corregir variaciones en el color que pudieran distraer al espectador. Si bien la creatividad era importante, el papel del etalonador era principalmente técnico, y su trabajo no implicaba modificaciones sustanciales en el aspecto visual general de la producción.
La película analógica limitaba la creatividad del etalonador, ya que los cambios extremos afectaban la calidad de imagen. Con la televisión a color y la digitalización, su rol se enfocó en la uniformidad técnica de las señales digitales.
El colorista: El arte de transformar la imagen
La figura del colorista es una evolución del etalonador, impulsada por las cámaras digitales y software como DaVinci Resolve o Baselight. Las cámaras digitales y el software permitieron a los coloristas explorar un enfoque creativo sin perder la base técnica de los etalonadores.
A diferencia de los etalonadores, el colorista tiene la capacidad de experimentar y crear looks únicos para cada proyecto. Hoy, los coloristas logran una manipulación precisa de colores y tonos, creando nuevos estilos visuales sin comprometer la calidad original. La libertad creativa aumentó gracias a que las cámaras digitales retienen más información cromática, permitiendo ajustes sin pérdida de calidad.
El rol del colorista, por lo tanto, no solo es técnico, sino que también incluye una gran carga creativa. Este profesional es responsable de crear una atmósfera visual que complementa la narrativa de la obra, contribuyendo significativamente al estilo visual de la producción. Hoy, los coloristas realizan corrección de color primaria (ajustes generales) y secundaria (modificaciones específicas), creando looks que aportan personalidad visual al proyecto.
Diferencias fundamentales: Técnica vs. Creatividad
Aunque tanto el etalonador como el colorista trabajan con la corrección y manipulación del color, sus responsabilidades y enfoques son distintos. El etalonador buscaba precisión y coherencia en el metraje, centrado en balance de blancos, exposición y contraste, manteniendo el aspecto visual original.
Por otro lado, el colorista no solo mantiene la coherencia técnica, sino que también actúa como un creador de atmósferas visuales. Con las herramientas digitales actuales, el colorista tiene la capacidad de dar un sello único al proyecto, llevando la corrección de color a un nivel más estilizado y artístico. Así, el colorista no solo soluciona problemas técnicos, sino que también es responsable de tomar decisiones creativas que afectan el tono general de la producción.
El futuro: nuevas fronteras en la corrección de color
Con la constante evolución de las tecnologías de cámara y software, el futuro del trabajo del colorista y el etalonador está lleno de nuevas oportunidades y desafíos. La industria podría ver nuevos roles que combinen la técnica del etalonador con la creatividad del colorista y el uso de IA en decisiones de color.
En la actualidad, los coloristas no solo son esenciales para el cine y la televisión, sino también para el contenido digital, los videojuegos y la realidad virtual. La manipulación creativa del color es ahora esencial para contar historias de impacto, y el campo seguirá evolucionando con nuevas herramientas y técnicas.